Nuestra intención es subir a través del teleférico que, en apenas cuatro minutos, salva los 753 metros de desnivel para desde arriba, poder observar todos los Picos.
Al llegar, la presencia de la niebla deshace nuestro interés por subir al teleférico y decidimos hacer una pequeña ruta.
En esta ocasión Visi y Ukko no nos acompañan ya que Ukko se hace el remolón y preferimos que descanse de tanto ajetreo.
Cora me acompaña disfrutando, corriendo primero por el valle verde y frondoso, entre los hayedos después y pocho a poco, con mas cuidado, según vamos ascendiendo por el estrecho y resbaladizo sendero.
Según vamos ascendiendo la niebla se disipa quedando por encima de nosotros. Las vistas del valle y todo cuanto le rodea es impresionante. Seguimos subiendo con la única compañía de un par de águilas y la certeza de que muy cerca se encuentra su nido. Puedo escuchar el chillido de varias crías. Me detengo y tras un tiempo, observo cómo las aguilas entran en una de las pequeñas cuevas y hasta cómo uno de las pequeñas crías toma el alimento...
Seguimos ascendiendo hasta alcanzar prácticamente el teleférico. Nos detenemos aquí para disfrutar de las vistas, lo que deja atisbar la niebla.
Mientras tanto, en el valle, Visi y Ukko reciben la visita de un simpático caballo que les brinda una hermosa exhibición...
Tras dichos espectáculos, nos encaminamos hacia el Desfiladero de la Hermida donde existe un balneario a orillas del río Deva y en el que, en un pequeño rincóncito del río, debajo del puente, tienes la posibilidad de disfrutar de auténticas aguas termales. Todo un lujo poder disfrutar de estas aguas en plena naturaleza, mientras escuchas el transcurrir del curso del río...
